Escenas del celuloide
Película: El tren del infierno (1985).
Director: Andrei Konchalovsky.
Sinopsis (tomada de Wikipedia): La película narra la historia de dos convictos fugados y una trabajadora ferroviaria que quedan atrapados en un tren sin frenos que rueda a través de Alaska, en terreno desolado y cubierto de nieve.
Hay que añadir que son perseguidos por un verdadero sabueso, que no tiene nada que envidiarle al Javert de Los Miserables o al teniente Gerard de El fugitivo. Akira Kurosawa había escrito el guión original, pero no pudo rodar la película por falta de financiamiento.
Uno de los mejores finales del cine. En un paisaje gélido, John Voight (en una de sus mejores actuaciones) espera, en el techo de la locomotora, el desenlace de su fuga. Solo él y su captor son los pasajeros de la desbocada máquina. Final de película, de colección.
El epitafio, una frase de la obra Ricardo III de Shakespeare, cierra con broche de oro:
No hay bestia que no tenga un poco de piedad.
Pero yo no tengo ninguna, así que no soy bestia.
Prefiero morir de pie que vivir arrodillado.
Emiliano Zapata
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